La soja es el principal cultivo en Argentina, con una superficie implantada de 19 millones de hectáreas. En la provincia de Entre Ríos ocupa el 76% de los lotes agrícolas durante el verano. Entre las mejores prácticas que requiere el cultivo se encuentra el manejo correcto de la nutrición, donde la fertilización foliar es una vía alternativa para complementar o corregir déficit nutricionales. Algunos antecedentes, señalan la dependencia de las respuestas a la fertilización foliar según las condiciones ambientales, sin efectos positivos cuando las precipitaciones son adecuadas. El objetivo del trabajo fue evaluar, a partir de los rendimientos, el efecto de la fertilización foliar sobre la recuperación del cultivo de soja afectado por estrés hídrico en etapas previas al período crítico. Durante dos campañas con restricciones hídricas se realizaron cinco ensayos en BCA con tres repeticiones en el departamento Diamante (Entre Ríos). Los tratamientos fueron: testigo (T1); T2: fertilizante foliar NPK con micronutrientes y T3: fertilizante foliar con Boro. En las dos campañas evaluadas no se determinó respuesta significativa a la utilización de la fertilización foliar complementaria post-estrés. El mejor tratamiento foliar, aunque sin diferencias significativas permitió incrementar el rendimiento en relación al testigo hasta en un 10% en una de las campañas. Estos resultados sugieren la necesidad de continuar evaluando estrategias complementarias de fertilización que atenuarían los efectos de un estrés hídricos sobre el rendimiento del cultivo de soja, probablemente a través de una mayor fijación de granos.